Sobre expuesta (Para Mr. Eduardo)

Las diferencias...

Al leer el post de este joven, bueno, ni tan joven, ya que me gana por un año, pero bueno, ese no es el caso.
Me puse a pensar, no mucho, tengo que aclarar, en las diferencias existentes entre mi niñez y la de este joven-casi-adulto.
Pues bien (chingado, siempre pongo eso) mientras él se la pasaba jugando video juegos, escuchando a Cafe tacuba o jugando con pistolas (juguetes a mi parecer violentos), mi vida se desenvolvía de una forma un tanto simple, a mi parecer, claro esta.
Para empezar, mis papás nuuuuuuunca estaban en casa, siempre trabajando, de viaje o si estaban en casa se la pasaban dormidos, cosa que nunca me pareció extraño o me afectaba en aquel entonces porque cuando se trataba de querer algo siempre lo obtenia.
Fui una niña criada por varias personas, entre ellas, una tía a la cual, algún día le tuve respeto, ahora ya no lo se, otras tantas tías, en algunos aspectos, mis papás intervinieron y de cierto modo, lo que mi hermano hacia, siempre me llamaba la atención y lo observaba, como un ser inalcansable, alguien a quién no puedes tocar y si llegabas a hacerlo te iría mal.

Las actitudes que más resaltan en mí, son las de mi tía, mi hermano y mi mamá.

Lo malo de cuando uno es niño, es que resulta difícil olvidar ciertas cosas, por ejemplo, aquel día en que vi como mi tía hacia su vida, sin siquiera, no digo consultarme, porque qué le pudes preguntar a una niña, no, no me refiero a eso, me refiero a tan siquiera saber que tu tía, la que te crió y a la que le debes gran parte de lo que eres, te avise que ya se va a casar y al paso del tiempo que se encuentra embarazada, tan fácil como eso pero no fue así, simplemente deje de ver a mi tía por mucho tiempo y derrepente, un día cualquiera, de esos de reunión familiar, vi que se encontraba embarazada y eso no fue lo que más me dolió, fue el hecho de verla plenamente feliz, radiante, esplendida y yo, seguir triste por su distanciamiento.
Entonces, concluí que mis tristeza era en vano, porque ella ya había hecho su vida y yo ya no formaba, dudo que algún día lo hice, parte de ella.

Eso es todo, creo que es lo que más me marco en mi niñez y lo que me hace querer distanciarme de todos en algún momento para hacerlos sufir así como ella lo hizo, obiviamente, nunca lo consigo, no soy tan indispensable.

Ahí nos vidrios.